Resumen:
El gran auge que el correr -running o jogging- como deporte o ejercicio multitudinario va teniendo desde los años setenta, ha ido parejo con la nueva concepción y diseño del calzado para correr. La industria, apoyándose en el descubrimiento de materiales más adecuados, ofrece cada día nuevos modelos, más apropiados y específicos, ajustándose cada vez más a la biomecánica del pie.
Teniendo en cuenta las características especiales del pie y su respuesta biomecánica a la marcha, encontramos tres grupos distintos: el pie normal, el pie valgo, laxo, hiperpronador y el pie rígido, cavo, hipopronador.
El pie «normal» puede usar cualquier tipo de calzado, dependiendo del terreno y carrera que emprenda. El pie hiperpronador precisará de un calzado de control o estabilización firme. El pie hipopronador que ha perdido la capacidad de amortiguación y adaptación adecuados al terreno, precisará de un calzado de amortiguación más o menos estable.
De acuerdo a las mencionadas características se hace una clasificación de sesenta modelos de calzados de diferentes marcas, muchos existentes en el mercado español, otros que esperamos aparezcan pronto y otros que quizá desaparezcan, de acuerdo a las directrices comerciales de la industria que se ve obligada a renovarse para mantener su competencia, arrinconando unos modelos y presentando «nuevas líneas» que, a la larga, suponen nuevos avances y mejoras.
En la década de los 60 se pone de moda en Estados Unidos el correr como medio de conseguir el «mens sana in corpore sano». Arthur Lydiard, Bill Bowerman y el doctor Kenneth Cooper son los que inician y propagan el running o jogging y no footing como por aquí a veces mal se traduce. Es la «nueva clase de ejercicio para mantenerse en forma: correr para estar sano».
En la década de los 70, miles de personas de todas las edades se lanzan a correr por calles y parques del mundo entero. A esta revolución en busca de la salud responde la industria del calzado con otra revolución en la concepción y diseño del nuevo calzado para correr.
Este tipo de calzado ha conseguido en los últimos años un gran nivel tecnológico. Actualmente se intenta construir teniendo en cuenta la biomecánica del pie, empleando materiales cada vez más adecuados.
De esta forma se consiguen calzados con características especiales, que es preciso conocer para poder aconsejar cuál es el tipo más adecuado para una persona concreta según sus propias condiciones biomecánicas.