Leyendo editoriales de números anteriores me llamó la atención una reflexión de Enrique Galindo al despedirse de la dirección de Cuadernos de Artroscopia en 1998, que vaticinaba: «la artroscopia será de un uso tan común en nuestros quirófanos»… «que nos plantearemos la razón de ser de una Asociación para defender y difundir una técnica que no tendrá detractores».
Al parecer, esos momentos están llegando. Nadie duda ni discute del arma terapéutica que es la artroscopia en nuestra especialidad.
El replanteamiento de una Asociación nacida para defender y difundir una técnica es inevitable; ya no es necesario ni difundir ni defender una técnica que es de las de más frecuente utilización en nuestros quirófanos.
Si no queremos distanciamos de los objetivos fundacionales, la Asociación debería seguir a la técnica que ha motivado su creación. Intentando evolucionar con ella, sería tan cotidiana y tan universal como la misma artroscopia.
Si la técnica se ha convertido en una cirugía habitual en nuestros quirófanos, y la gran mayoría de los especialistas de traumatología y ortopedia la utilizan, la Asociación debe intentar llegar ahí, para formar adecuadamente a todo aquel que quiera, no sólo desde un punto de vista práctico, sino también teórico, trasmitiendo las ventajas y limitaciones de cada proceso. los consejos prácticos de cada técnica, su evolución…
Las iniciativas que desde la Asociación hemos desarrollado durante estos dos últimos años han intentado reorientamos en ese sentido al dirigimos de una manera habitual al colectivo de nuestra especialidad. Así, hemos promocionado nuestra Asociación en el congreso anual, las convocatorias se hacen a todo el colectivo, y los Cuadernos de Artroscopia también se difunden en todo el país. Hemos partido de la premisa que si nos descolgamos de la evolución de la artroscopia en algún momento, nunca podremos de nuevo ponernos a su nivel.
Después de todo este esfuerzo, uno se pregunta si es el camino adecuado, si toda esta difusión y esfuerzo de información. en parte. llega a especialistas no interesados y, por lo tanto, se convierten en iniciativas en parte baldías. La respuesta es obvia: por supuesto que sí.
Entonces. ¿qué hacer? ¿Retraernos en nosotros mismos y a quien le interese que acuda? O manteniéndonos fieles al espíritu que hizo nacer esta Asociación. un espíritu inaccesible al desaliento, seguir tomando iniciativas de comunicación y formación para seguir evolucionando y penetrando socialmente de las mano de la Artroscopia.
De momento. nosotros hemos optado por esta última postura. probablemente la más incomoda y demandante, pero seguro la más en consonancia con las ilusiones de aquellos que un día fundaron esta Asociación.