Queridos amigos:
Se ha celebrado con gran éxito de asistencia y participación la segunda edición del Curso Básico para Médicos residentes, organizado por la Fundación Sociedad Española de Cirugía Ortopédica y Traumatología (SECOT) en el Colegio de Médicos de Madrid, dedicado a la patología del pie y el tobillo.
A nadie se le escapa lo excepcional de esta nueva reunión, pues es la primera vez que un curso de estas características se repite desde que dichos cursos se iniciaron. Valga nuestro agradecimiento tanto por la sensibilidad que ha mostrado la SECOT hacia nuestra Sociedad como por el magnífico trabajo desarrollado por el Dr. José Ramón Rodríguez Altónaga, quien, una vez más, ha dado muestras de su eficaz dedicación a la patología del pie.
Es importante que los jóvenes traumatólogos españoles conozcan no solamente los conceptos en los que se basan las actuales técnicas que constituyen el armamentarium de la cirugía del pie, sino también a las personas que las soportan y los méritos que a través de los años han contraído. Su dedicación y calidad científica han permitido acomodar el nivel de nuestra práctica médica a los retos cambiantes y exigentes que nos demanda la sociedad.
En este contexto esperanzador, el presidente de la Sociedad hizo un llamamiento para que todos los Servicios de Traumatología que alberguen una Unidad de Cirugía del Pie, de alguna manera, se den a conocer, con el objeto de divulgar su organización y que se pueda contar con ellos para futuras rotaciones de fellows.
En el año 1968 el Prof. D. Antonio Viladot inició en el Hospital de San Rafael de Barcelona una historia médica singular y apasionante. Recogiendo valerosamente el testigo de su gran amigo Jean Lelièvre (fallecido inesperadamente), planteó una evolución en la forma de abordar la patología del pie, abandonada a veces por la enseñanza universitaria y a menudo desdeñada por los “grandes maestros” de la cirugía de la época. Así, fue configurando un cuerpo de doctrina basado en los conocimientos antropológicos, anatómicos y biomecánicos que transitaban dispersos, desde la escuela oriental de reflexología hasta las ideas teórico-prácticas de autores como Morton, Hoffman, DuVries, De Wulf, Galmiche, Jahss, Mann, Pisani, Valente y tantos otros que confluyeron en la figura esencial –ya citada– de Lelièvre.
Pero no fue únicamente una cuestión de erudición. Detrás de las grandes figuras que han mejorado sustancialmente los diferentes campos de la medicina, ha existido siempre una capacidad innata de magisterio, una facilidad para convertir en simple lo complicado y una voluntad para llevar a cabo su proyecto. Humanista del siglo XX, el Prof. D. Antonio Viladot fue creando “paso a paso” el embrión de la Escuela Española de Cirugía del Pie. Al San Rafael fuimos peregrinando traumatólogos de todos los puntos cardinales y, muy especialmente, colegas hispanoamericanos, mucho antes de que existiera el término fellow en nuestra jerga administrativa.
Nos ha parecido oportuno en estos días de “abundancia” recordar al Hospital de San Rafael y a sus médicos, quienes, con calidad humana y profesional, nos han ofrecido su hospitalidad y docencia a lo largo de casi cuarenta años. Por todo ello, tenemos fe en que la Escuela de D. Antonio continuará.