La calidad de un sistema sanitario depende del grado de cualificación y actualización de sus profesionales y, por tanto, la educación médica continuada (EMC) debería ser un asunto de interés estratégico para cualquier Estado. La constante evolución de la ciencia médica y el crecimiento exponencial de los avances científicos conllevan que los conocimientos aprendidos por el médico durante la carrera de Medicina pronto queden desactualizados o incluso obsoletos, resaltando la importancia de la actualización por parte de los profesionales para una adecuada praxis.
En nuestro medio, actualmente tan solo el 1,5% de la EMC corresponde a financiación pública, recayendo el resto en las compañías farmacéuticas y los fabricantes de material quirúrgico (Farmaindustria y FENIM), que aportan el 75% del total, seguidos de las sociedades y fundaciones en mucho menor porcentaje. En el mundo de la traumatología y la cirugía ortopédica, el sector privado realiza un importante esfuerzo docente, patrocinando cursos y organizando otros propios, pero estos se centran inevitablemente en sus productos. Por eso es de suma importancia que exista una neutralidad e independencia en la formación de los especialistas, y es ahí donde las sociedades en general y en concreto la SEMCPT deben reivindicar su papel. Cada vez existe más una concienciación de la necesidad de subespecializarse o, mejor dicho, superespecializarse en áreas concretas de la cirugía ortopédica y la traumatología, y la patología del pie y el tobillo no es ajena a esta tendencia.
Sin embargo, aún hoy en día en muchos centros de nuestra geografía no existen unidades especializadas en esta patología, bien sea por falta de recursos, poco volumen de casos que permita la dedicación exclusiva por parte del profesional a esta patología… Pero también es una realidad que muchos especialistas perciben este campo como poco atractivo, interesante o menos complejo que el relacionado con otras áreas; no es infrecuente que en muchos servicios de traumatología no se considere tratar patología más compleja que un hallux valgus o unos dedos en garra, evitando los casos más complejos. Las razones son múltiples y difíciles de analizar en este editorial, tampoco es su objetivo, pero a todos nos han llegado pacientes que no han sido diagnosticados o tratados correctamente, porque se ha subestimado la patología o se ha optado por una solución inadecuada o insuficiente para la complejidad del problema. Esta primera impresión de “patología banal” influye en los especialistas en formación desde jóvenes, que aprecian la patología del pie y el tobillo como poco atractiva. Este escenario precisa de cambios radicales y profundos, que permitan modificar esta percepción errónea. Conviene recordar las palabras de Jean Lelièvre: “La pathologie du pied paraît simple à qui ne la connaît pas et complexe à qui commence à la connaître” (La patología del pie parece simple a quien no la conoce y compleja al que comienza a conocerla).
Por todas las razones anteriormente expuestas, la SEMCPT debe reivindicarse y transformarse en un referente para la docencia, no solo ya de nuestro país, sino del mundo hispanohablante y lograr despertar el interés de los médicos especialistas para crear y fomentar vocaciones que contribuyan a mantener y elevar el nivel científico de nuestro entorno.
Se trata de potenciar la vocación también entre los especialistas más jóvenes y los residentes para que vean esta área de la especialidad como algo atractivo y con potencial de desarrollo y permitir una educación más neutral y menos dependiente de la industria privada.
Por eso, la Vocalía de Docencia ha puesto en marcha un curso teórico práctico itinerante, de periodicidad anual, que trata de contribuir a difundir el conocimiento, desarrollar y apoyar a los especialistas que tengan interés en formarse en esta área de la traumatología. Se trata de identificar aquellas áreas de nuestra geografía en las que no abunden unidades especializadas y organizar un curso con especialistas de renombre a escala nacional y también del área cercana, para establecer lazos de colaboración que favorezcan el desarrollo y la creación de una red de cooperación. Recientemente, se ha realizado la primera edición del curso en Oviedo (Asturias), con gran éxito de participación y buena recepción por parte de los asistentes.
Otra de las líneas de apoyo a la formación la constituyen las unidades docentes acreditadas (UDA) por la SEMCPT. Se trata de unidades altamente especializadas en patología de pie y tobillo, en las que cualquier traumatólogo que lo solicite puede rotar y formarse con especialistas de primer nivel en todo nuestro territorio.
Por último, la sociedad emite becas de asistencia a cursos, etc., que contribuyen aún más a lograr estos objetivos.
Queda claro que queda mucho por hacer, los cambios profundos no se suelen obrar más que con insistencia, trabajo constante y de forma progresiva, pero ojalá consigamos que se asuma la realidad de que la patología del tobillo y el pie es mucho más compleja y amplia de lo que puede aparentar y que la SEMCPT se erija en un referente a nivel docente en esta área de la especialidad de la cirugía ortopédica y la traumatología. Quizás sea dentro de la especialidad una de las áreas con más diversidad de diagnósticos y tratamientos, y es por esto que reivindicar el papel dominante de la SEMCPT como referente en docencia es una oportunidad que no podemos dejar pasar.
Dr. Rodrigo Díaz Fernández
Vocal de Docencia de la SEMCPT